Les compartimos este escrito maravilloso lleno de luz

Cercano a la celebración del día de la Madre en Costa Rica , compartimos este escrito maravilloso lleno de luz.
“Empecé a amarla sin apego, sin querer que sea diferente, mirándola más allá de mis heridas, estando presente cuando me habla.
Empecé amarla sin los recuerdos de un pasado que ya no está y encontré a una niña herida como yo, que se hizo cargo de su vida como pudo.
Empecé a amarla sin necesidad de aprobación, sin buscar su permiso, ni ese abrazo que contuviera mis inseguridades.
Empecé a amarla sin juzgarla, sin renegar por su “mal” carácter, sin querer ser su madre y cuidadora.
Empecé a amarla sin esas cargas y así el amor floreció, lento, pausado, sin prisa sin que sea un objetivo.
Empecé a amarla no porque fuera mi madre y “tenía” que amarla solo sucedió.
Y así un día cuando menos lo esperé me di cuenta que más allá de ser mi madre, ella era una viajera espiritual de su propia vida y la volví amar una vez más.”
Autora: Silvia Espíritu